El Confitero
La Combi que trabajó incansablemente
Una respaldo incondicional para mi dueño
Soy una Combi del año 1983. Mi historia comenzó el día en que mi dueño me eligió para acompañarlo en su emprendimiento. Aunque fui creada para transportar pasajeros, desde el primer momento estuve lista para trabajar a su lado. Mis asientos fueron retirados para dar paso al esfuerzo y los sueños compartidos. Durante mis primeros años, lo apoyé en su negocio de construcción de perreras: cargué madera, recorrí caminos difíciles y llevé nuevos hogares a muchos perritos. Fue un trabajo duro, sí, pero muy gratificante, porque en cada trayecto supe que no solo transportaba materiales, sino también esperanza y compromiso. Me enorgullece saber que fui siempre el respaldo incondicional que siempre quise ser para mi dueño.
Una dulce labor para apoyar a un emprendedor
Un día, mi dueño imaginó un nuevo negocio y, como siempre, estuve lista para acompañarlo. Juntos comenzamos a vender dulces y materias primas, y mi misión fue llevar la mercancía desde la Central de Abastos hasta el local, recorriendo una y otra vez el mismo camino, con la constancia de quien no falla.
Fueron tiempos dulces y llenos de alegría. Pero también llegaron momentos difíciles. Cuando el negocio atravesó problemas, una vez más tuve que apoyar a mi dueño, aunque esta vez de una forma diferente: tuvo que venderme para poder salir adelante. Yo no quería irme, pero tuve que alejarme de mi querida familia, llevando conmigo los recuerdos de todo lo vivido, sin saber qué me depararía el destino.
El inicio de una nueva vida
La siguiente etapa de mi vida fue muy distinta, pero igual de significativa. Me lijaron con cuidado, me dieron nueva pintura y hasta me regalaron una radio, como si cada detalle fuera una forma de devolverme todo lo que había entregado. Ahora, mi dueño y yo viajamos juntos para descubrir pueblos y lugares hermosos; en cada salida, él descansa en mi interior, y yo lo protejo como siempre lo he hecho.
A pesar de los años que llevo recorridos, sigo cargando sueños y haciendo lo que más me gusta: acompañar a mi dueño hasta cualquier rincón de México, sin importar los kilómetros que tengamos que recorrer, porque mientras sigamos juntos, el camino siempre vale la pena.
A pesar de haber trabajado incansablemente durante toda mi vida, mantengo intacto el entusiasmo y las ganas de seguir apoyando a mi dueño en cada nuevo camino.El ConfiteroCombi - 1983
La historia de Combi, también es tu historia
Tu historia podría ser la próxima
Porque la historia de Combi, también es tu historia
En Volkswagen tenemos muchas historias que contar, y en el marco del 75 aniversario de la Combi queremos celebrar contigo el legado de este vehículo que ha acompañado a generaciones enteras.
Conoce las historias de todas aquellas personas para quienes la Combi se convirtió en un verdadero compañero de aventuras, un símbolo de libertad y un lazo que transformó sus vidas. Conoce de dónde surge todo el cariño y por qué la Combi sigue siendo un vehículo amado por todos.
La Bochita
Un sueño sobre ruedas hecho realidad
La Mandarina
Un viaje de sueños, familia y sabor
La Chachita
La Combi que endulza el camino
La Chambeadora
Un símbolo de cariño y esperanza para los perritos callejeros
El Confitero
Una combi que trabajó de manera incansable y hoy disfruta de su retiro